Claramente para empezar a hablar sobre este periodo en general, tengo que empezar por el principio, mi primer día. Una semana antes de que llegase el día ya estaba haciéndome preguntas como: ¿Voy a disfrutar de la carrera? ¿Será la gente maja y conseguiré conocer gente?… Hasta que me pasaba algo interesante y ya volvía a pensar en otra cosa. Pero bueno, al final llegó el día, cogí el metro y el tranvía y en poco menos de una hora ya estaba allí, con la suerte de tener dos amigos, con los que hice bachiller, que también venían conmigo, porque llego a ir yo solo y no me quiero hacer la idea de como me hubiese apañado, porque con la vergüenza que tengo no sé como me hubiese apañado al principio, pero bueno, supongo que como después de acabar la reunión con todo el curso en el aula magna, porque por desgracia no iba a la misma clase que mis amigos y me las tuve que apañar de alguna forma a veces un poco incómoda.
Pasando esto llegaron mis primeras clases, que se me hicieron muy raras y un pelín incómodas, ya que veía a la gente que iban formando grupos entre ellos y yo por vergüenza no me salía decirle nada a nadie. Sin embargo, llegó mi primer martes con clase, el único día de la semana con un descanso de 30 minutos, y yo aún seguía solo. Así que fue el momento de quitarme mínimamente la vergüenza y preguntarle a dos chicos que parecían majos si podía ir con ellos, consiguiendo así mis primeros amigos de clase, con los que a día de hoy me llevo genial.
Dejando de lado el tema social y centrándome en lo que vienen siendo las clases, al empezar con estas únicamente me dio miedo matemáticas, las demás tenían muy buena pinta, pero digo esto de matemáticas porque empezamos haciendo integrales, y yo a pesar de venir del bachiller científico, no había integrado nunca, ya que por ser el selectivo raro por el COVID y mi profesor ir justo, decidió no explicar las integrales. Así fue como llegué a la carrera sin tener ni idea de integrar, pero con el paso del tiempo y yendo a bastantes clases de repaso, ya controlo más o menos un poco el tema y me ha cambiado mi opinión de matemáticas. Pasando a ser AFO y DES las asignaturas a las que les tengo más miedo actualmente, a nada de empezar los exámenes por la variedad de cosas complejas que tienes que tener en cuenta al hacer algo. Por lo demás las clases me parecen muy entretenidas e interesantes.
Finalmente, por lo que he experimentado, tengo muchas ganas de seguir con la carrera, porque a pesar de encontrarme con dificultades, después de todo siempre hay cosas buenas con las que te puedes despejar, ya sea con algo de otra asignatura o haciendo cualquier cosa. Porque dificultades van a haber siempre, y si se me han complicado Filosofía y Castellano casi desde cuarto de la ESO, porque no se me van a seguir atragantando algunas asignaturas.