Como última parada de mi viaje por Italia llego a Roma, viaje que he ido hablando de él tanto en la Reflexión 4, como en la Reflexión 5, en ese orden, así que os recomiendo por si os surge interés de saber más sobre todo el viaje visitar las reflexiones anteriores, pero en caso de que únicamente quieras ver que tal fue mi punto de vista y mi opinión sobre Roma, este es tu sitio.
Empezando ya a hablar sobre el viaje, empieza la primera parada de mi viaje por Roma, no en Roma exactamente, sino en el Vaticano, recorriendo gracias a una guía todo el interior que se nos permitió admirar todo el arte que esconde este lugar, ya sea en esculturas, cuatros, construcciones, detalles… Destacar sobre todo lo que vi, la Basílica de San Pedro, de las más bonitas y enormes que he visto.
Tras pasar toda la mañana en el Vaticano, salimos de él volviendo a Roma, para comer y posteriormente seguir visitándola. Llegamos a la Piazza di Spagna, en la que se encuentra la Fuente de la Barcaza. Lugar que me asombro aparte de por como era, por el simple hecho de poder beber de la fuente que acabo de nombrar, metiéndote en ella para rellenar tu botella.
Posteriormente a este lugar llegamos al que a mí más me impresionó, la Fontana di Trevi, de las construcciones que más bonitas me han parecido, destacando que es impresionante e inesperado ir caminando por las calles de Roma y de repente girar una esquina y contemplar lo grande que es la Fontana di Trevi y lo bien integrada que esta en el espacio en el que se ubica, mezclándose perfectamente con el agua que se encuentra a sus pies.
Como siguiente parada de nuestro viaje, pensando que después de la Fontana di Trevi no me iba a llamar nada más la atención llegue a el Pantheon, otro lugar impresionante, bastante bien conservado y con una belleza y unas características que destacan sobre otras construcciones, al que pudimos acceder y se acabó formando mi opinión sobre lo bello que era aquel lugar, caracterizado por el hueco en la parte más alta de la cúpula en forma de círculo.
Tras el Pantheon, llegamos a la Piazza Navona, caracterizada por las dos fuentes a sus extremos, Fontana del Mora y Fontana del Nettuno. Divididas por el Obelisco Agonale, en el centro de la plaza, y en frente de este, la Iglesia católica Santa Inés en Agonía.
Para acabar bien el día ya que no tenía nada que hacer, yo y mis amigos nos fuimos a ver lo que más nos llamó la atención de noche, teniendo otro punto de vista de Roma que aún no habíamos visto.
Al día siguiente seguíamos en Roma, pero era nuestro último día de viaje, así que ya se estaba acabando todo, pero no íbamos a irnos de Roma sin poder ver su famoso coliseo, lugar que vimos también su interior, pero antes de llegar a él, pudimos ir admirando otras construcciones maravillosas como la Plaza del Campidoglio. Acabando aquí mi viaje por Roma y a su vez por Italia.
Como anotación decir que todas las fotos que salen son hechas por mí.